Cap. 5


En dos ocasiones, mis acompañantes lanzaron una cruz sobre las negras aguas del gorg tal y como explica la leyenda y en ambas ocasiones, las nubes crecieron rápidamente, el viento empezó a soplar y un aguacero nos sorprendió de forma súbita. Cabe añadir que en la última ocasión, acabó granizando un diáfano día del mes de junio.
Tal y como decía Eugeni d'Ors: el espíritu del mal duerme...




































































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